Los príncipes de Gales están siendo los protagonistas de estos últimos dos meses. Todo comenzó el pasado enero cuando Kate Middleton fue operada de un problema abdominal. En un escueto comunicado, la Casa Real confirmó la intervención, pero no dio detalles de por qué se había producido. Tampoco los rumores se frenaron cuando Catalina fue dada de alta. Momento que aprovechó Guillermo de Inglaterra para disfrutar unos días de baja, cuidando de su mujer. La primera aparición pública del Príncipe se produjo el 7 de febrero, en unas imágenes que podíamos ver a un heredero al trono más delgado y de apariencia cansada. Un aspecto físico, que a juzgar por las últimas instantáneas, sigue manteniendo. Pero ¿qué nos dice y nos trasmite su aspecto?
La última imagen que tenemos del príncipe Guillermo es del pasado 8 de marzo. Y en este 11 de marzo también se prevé que haga su reaparición en el acto en el día de la Commonwealth. Por primera vez en la historia, el evento no estará presidido por el rey de Inglaterra, quien será sustituido por la reina consorte Camila y el príncipe Guillermo. Así, podremos ver una nueva instantánea del heredero al trono que, viendo la trayectoria desde principios de año, seguirá con una imagen visiblemente cansada. Un extremo con el que coincide Sara Duque, coach de imagen y comunicación.
Qué transmiten las últimas imágenes de Guillermo de Inglaterra
«El príncipe Guillermo de Inglaterra ha experimentado un cambio físico notable, evidenciando una delgadez más pronunciada de lo normal, lo que genera especulaciones sobre su bienestar emocional», explica la experta sobre el evidente nuevo look del heredero al trono, quien relaciona este cambio con su momento personal. Cabe destacar que, en los últimos meses, la Casa Real no solamente ha vivido la operación de Kate, sino que, también, en el mes de enero, se hizo público el diagnóstico del rey Carlos; cáncer. Con todo, estos últimos días no han sido especialmente fáciles para Guillermo, quien decidió, desde el primer momento, estar al lado de su mujer y de su padre.
«Es un claro reflejo de las presiones y preocupaciones que está enfrentando estos meses», añade Sara Duque. Unas preocupaciones que el Príncipe no ha escondido. Así, tras ser dada de alta del centro hospitalario, Guillermo decidió retirarse de sus funciones públicas para estar junto a su mujer en esos primeros días de recuperación. Una acción que, lejos de ser bien vista por parte de la sociedad inglesa, fue duramente criticada. Al fin y al cabo, la Corona se quedaba sin representación y quien tenía que ejercerla era Camila. Fue en ese momento, entre el ajetreo de las informaciones, cuando Guillermo hizo su primera aparición en un evento, presidiendo una ceremonia de investidura en el castillo de Windsor.
«Este cambio físico refleja la fragilidad de la vida humana»
Tanto la prensa británica como la internacional llegaron a la misma conclusión; estaba nervioso y visiblemente más delgado. Tampoco las imágenes del pasado 8 de marzo dan pie a otro punto de vista. «Si nos fijamos bien, no solo su delgadez pronunciada llama la atención. Está claro que si atendemos con detalle a sus expresiones faciales, su comunicación no verbal habla por sí sola. Guillermo se muestra con una mirada mucho más perdida y con una postura menos erguida de lo que nos tiene acostumbrados», confiesa la experta.
Una situación personal que llama poderosamente la atención, sobre todo porque también le ha afectado a sus funciones profesionales. El pasado 27 de febrero cuando el Príncipe tuvo que cancelar su aparición en el funeral del rey Constantino de Grecia, quien era su padrino, y donde tenía que dedicarle unas palabras. El heredero al trono alegó «problemas personales», que no fueron concretados, solamente desmentidos que no tenían nada que ver con el estado de salud de Kate Middleton. Aún así, el hijo del rey Carlos marcó otra ausencia en el calendario que se unió al «cansancio extremo» de la reina Camila y su merecido descanso.
Por todo, teniendo en cuenta, la intensa actividad del príncipe, en todo lo que tiene que ver con su parcela más personal, le ha pasado considerables facturas. «Aunque siempre ha sido un hombre esbelto con una buena complexión física, este cambio físico refleja la fragilidad de la vida humana, y sugiere que las malas épocas también afectan a las personas en posiciones de alta visibilidad como la suya», apostilla Sara Duque. Aunque eso sí, todavía queda la posibilidad de una pronta recuperación, sobre todo teniendo en cuenta que tendrá que seguir con sus deberes como heredero al trono.
«A pesar de esto, el príncipe Guillermo continúa mostrándose sonriente y vistiendo de forma elegante con sus apariciones públicas, manteniendo la imagen acorde a su rol como futuro rey, pero evidenciando los desafíos personales que enfrenta», apostilla la coach de imagen. Hablando de los desafíos personales, lo cierto es que el horizonte del príncipe Guillermo es especialmente confuso. Sobre todo, por el caos que se está viviendo, en los últimos meses, en todo lo que tiene que ver con la comunicación en Buckingham. Fue hace unos días cuando el Ministerio de Defensa inglés afirmó que la primera aparición pública de la Princesa se produciría a principios de junio. Luego, la propia Casa Real lo desmintió.
También, la imagen publicada, durante este mismo fin de semana, ha supuesto un escollo en la reputación de la Familia Real inglesa. La foto, en la que aparecía Kate junto a sus tres hijos, se subió a su perfil de Instagram para felicitar el Día de la Madre en Inglaterra. Rápidamente, los usuarios de las redes sociales se dieron cuenta de varios detalles. El primero de ellos tenía que ver con la edición de la instantánea, que estaba retocada, tal y como admitieron desde las agencias de comunicación inglesas y como ha acabado confirmando la princesa de Gales. «Algunas veces experimento con la edición», ha explicado Kate. Unas afirmaciones que tampoco han hecho que los rumores sobre su estado de salud se reduzcan.